Arpias feroces

Pintura sobre oleo. 81X100 cm- 2021

Después de los cálaos y casuarios, ¡aquí están las arpías como pájaros de (mala) compañía para este nuevo autorretrato! Pero donde estamos ¿En el escenario de una obra subvencionada? ¿Es esta una representación del infierno? El rojo de la habitación le permite imaginar… Junto al pintor, las arpías aparecen enormes y aterradoras. Sus grandes rostros evocan máscaras de teatro asiáticas hiper expresivas. Sentado en una posición muy incómoda, con una larga bata negra, la artista nos mira preocupada y quizás hasta suplicante.

Muchos temas cruzan la web.

Las hijas de Tifón no son aquí tres sino cuatro: quizás una síntesis entre los cuatro jinetes del Apocalipsis y las deidades mitológicas de la devastación ... ¿Estaríamos al borde de sufrir un castigo divino cuyas plagas vemos en el calentamiento global? ?

Esta joven con un negligé de seda negra sobre un fondo rojo con la sombra de su silla que se parece a la de la Parca ... ¿Será esta una nueva interpretación de la joven y la muerte? ¿Una nueva representación de la pareja contradictoria de Eros y Thanatos? Después de Reflektor que cuestionó el envejecimiento del artista, ahora estamos inmersos en un nuevo cuestionamiento de nuestro próximo fin.

¿Pero acaso ya estamos después de la muerte, en un huis-clos sartreano donde las arpías son figuras alegóricas de jueces, de mujeres malvadas, que atormentan a la joven en un infierno que no tiene fin?

En definitiva, un lienzo muy oscuro, cargado de esa energía ambivalente del rojo, lejos de la positividad de los colores deslumbrantes a los que nos tiene acostumbrados el pintor.

Arpias feroces