En el lienzo, el artista colisiona Perú con Japón, dos
naciones separadas por un océano pero que tienen en común que se encuentran
entre las regiones con mayor riesgo sísmico del mundo. Una nueva celebración de
la deslumbrante vida de color y belleza entre dos pueblos milenarios que viven
bajo la constante amenaza de terremotos, erupciones volcánicas y otros tsunamis
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