El artista representa aquí una versión moderna de Caperucita
Roja. La niña vulnerable se ha convertido en una mujer hermosa, asertiva,
autónoma que no parece tener miedo de nada y que ha logrado domesticar a los
lobos. Incluso parece ser parte de la manada, y sus cachorros la miran con
ternura y cariño.
Una representación de la era post mee too, donde las mujeres
se vengaron de siglos de patriarcado.