Esta es una fantasía del artista. Bajo el mar, el pintor se
imaginó conversando con su doble y compartiendo té y risas en el reverso de una
línea inmensa.
La composición de la pintura recuerda a la de la jaula en su
dimensión onírica: los protagonistas se encuentran en medio de un grupo de
animales heterogéneos, aquí peces, cuya belleza de formas y colores nos atrapa.
Alegre, sin embargo, la escena deja una impresión de peligro
con la presencia del tiburón que ronda cerca ... ¿Pero quizás el depredador es
solo un guardián, un tótem protector?